¿Por qué no contratar una tarjeta revolving?

Esta no es una campaña de descrédito. Es la compilación de fallas que hacen que más y más personas se pregunten ¿Por qué no contratar una tarjeta revolving?, recibiendo como respuestas diversos alegatos que crean un bucle de molestias frustrantes, para el instrumento financiero que en algún momento se presentó como la opción ideal e integradora para todos.

Véase que cada vez se entablan más querellas judiciales, haciendo necesaria la asistencia de Abogados para Tarjetas Revolving que, con su experiencia, logran el justo y pertinente éxito ante los jueces, sea para la anulación de una cláusula o del contrato en general.

¿Por qué no contratar una tarjeta revolving?

Sus mal llamadas “peculiaridades” las han convertido en un producto complejo y ocasionalmente controvertido, del cual ya grupos de usuarios que han sido o se han sentido estafados, brindan alegaros de peso para evitarlas y mejor volcarse a las tarjetas tradicionales o líneas de crédito brindados por los comercios.

Las razones principales y de peso por qué no contratar una tarjeta revolving, según hemos podido recabar, son:

Los elevados intereses

Quienes brindan o soportan a las tarjetas revolving, han llegado a aplicar unos intereses que llegan al 20%, superan en algunos casos el 25% TAE. Aunque la media de las tarjetas de crédito en España es del 07%, el Tribunal Superior dispuso en febrero de 2023 que si superan los seis puntos porcentuales de interés, ya es materia de demanda por parte del afectado.

Por qué no contratar una tarjeta revolving: Riesgo de sobreendeudamiento

No diremos que es una estrategia engañosa, pero sí diseñada para fingir fidelidad, cuando lo que realmente hace es crear un bucle infinito de deuda, ya que la cuota abonada mensual (fijada al contratar) es tan baja, que dicho pago en realidad no amortiza al total de la deuda contraída y esta sigue creciendo.

Y sí pagas una fracción pírrica de un producto y sigues usando la tarjeta, ya serán dos fracciones pírricas de pago y un monto mayor de deuda, la cual para muchos no es perceptible en el corto y mediano plazo, creándose un efecto de bola de nieve pernicioso para la estabilidad económica del consumidor.

Falta de transparencia

La comercialización de las tarjetas revolving en muchos casos es poco transparente. En la gran mayoría de casos citados, se ha demostrado que el ente emisor no ha facilitado al consumidor la información veraz, de carácter legal y/o económico) para que el cliente pueda evaluar y comprender las consecuencias de adherirse a dicha herramienta financiera.

Por qué no contratar una tarjeta revolving: Disponibilidad constante de crédito

Tener un sistema tan abierto y a disposición de crédito + el pago ínfimo contratado, debería ser la primera señal de alerta por sospecha para los usuarios. pero realmente, no lo es, quizá por el boom publicitario o por la practicidad en algunos casos puntuales.

Pero en realidad, que las tarjetas Revolving brinden acceso a cualquier cantidad de dinero, puede y de seguro creará un gran endeudamiento, ya que el crédito aumenta constantemente.

Por qué no contratar una tarjeta revolving: Problemáticas hasta en la cancelación de uso

El proceso de cancelación puede variar en duración ya que hay que:

Realizar una reclamación extrajudicial,  donde se envía un burofax al Servicio de Atención al Cliente de la entidad financiera, teniendo esta dos meses para responder.

Se debe esperar respuesta de la entidad financiera,  y sí esta no responde en el plazo de dos meses, deberá el afectado recurrir al Banco de España, que tiene hasta cuatro meses para emitir una resolución no vinculante.

Y la razón más llamativa de por qué no contratar una tarjeta revolving, es que de no ocurrirse los puntos anteriores, toca realizar una reclamación judicial y el tiempo que tarda un juicio puede variar dependiendo de muchos factores, incluyendo la carga de trabajo del tribunal y la complejidad del caso.

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